Publicista detrás de Contralorito apuntó a seguidores de Kast y al diputado Coloma como responsables de su salida

 “Recibí amenazas de grupos minoritarios, pero bien agresivos en redes sociales (…) Después de un tiempo se vuelve un poco agobiante leer comentarios de ese tipo y que se tornaban personales”, señaló.

Leiva explicó que Contralorito nació de la idea de “realizar una comunicación más ciudadana de la Contraloría” y que pese a tener detractores al comienzo, “fuimos conquistando a la mayoría de usuarios de redes sociales y le fue bastante bien”.

 “Sin embargo llega un punto en que se produce un antes y un después, y tiene que ver principalmente con lo que sucede en el estallido social, donde aumentan exponencialmente las denuncias principalmente hacia Carabineros de Chile y eso se ve reflejado en el trabajo de Contraloría (…) Muchas personas empiezan a ver en eso un ataque personal a la institución, cosa que no tenía ninguna lógica, lo que yo hacía era comunicar lo que estaba haciendo la institución en sus áreas fiscalizadoras”, explicó a CNN.

El publicista reconoce que su situación cambió radicalmente y se hizo insostenible después que el diputado UDI Juan Antonio Coloma solicitara vía oficio revelar el nombre del encargado de redes sociales de la Contraloría. Lo que vino después fue la filtración de sus redes sociales y dirección.

“Hasta ese momento yo había pasado relativamente piola (…) Lo único que hacíamos nosotros era transformar este contenido que era duro en un contenido más dinámico, que fuera cercano sobre todo para los jóvenes que no tenían interés previamente en la Contraloría”, señaló.

Gracias el trabajo de Contralorito hubo un aumento  importante de denuncias ciudadanas ingresadas al ente fiscalizador, lo que produjo molestia en sectores vinculados a la derecha.

Leiva dice no guardar rencor y espera que estos discursos de odio  “se vayan aislando y no necesariamente a través de restringir el uso de las redes sociales”.

A su juicio se trata principalmente de seguidores de José Antonio Kast.

“Cuando una persona emana un discurso de odio, cuando apunta con el dedo a personas que no le parece de su pensamiento político y ataca a la persona de manera personificada, y sobre todo cuando son líderes de opinión, atrae a que más personas actúen de esa manera coordinada (…) A ese tipo de líderes políticos hay que aislarlos en el sentido de limitarles el discurso de odio (…), evitar que se posicionen en el espectro de la opinión pública”, concluyó.