La importancia de la educación emocional para prevenir la violencia y mejorar nuestra calidad de vida

MAYO 25, 2022 a las 12:43 PM
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Las tazas de violencia en nuestro país aumentan día a día, eso sumado al escaso porcentaje de personas que reciben y completan tratamientos psicológicos o relacionados a la salud mental, posiciona a la educación emocional como una efectiva alternativa para prevenir estas problemáticas que afectan a todos los chilenos, especialmente a niños y jóvenes. Si…

Las tazas de violencia en nuestro país aumentan día a día, eso sumado al escaso porcentaje de personas que reciben y completan tratamientos psicológicos o relacionados a la salud mental, posiciona a la educación emocional como una efectiva alternativa para prevenir estas problemáticas que afectan a todos los chilenos, especialmente a niños y jóvenes.

Si bien, no es una solución inmediata ante la ola de arrebatos que se ven en la actualidad, este proceso de aprendizaje, puede no solo atenuar considerablemente esta dificultad social en un futuro próximo, sino que también, puede mejorar directamente en la calidad de vida de quienes aplican e intentan mejorar sus conocimientos sobre sus propias emociones y las del resto.

Es por ello que conversamos con Fundación Liderazgo Chile, quienes, bajo esta misma premisa, son promotores activos del desarrollo de habilidades socioemocionales y la implementación de la educación emocional para las personas, además de ser los principales redactores una ley sobre esta materia, que lamentablemente, sigue sin ser votada en el Congreso.

¿A quiénes va dirigida la educación emocional y qué beneficios trae?

“La educación emocional está dirigida a toda la población, a todo tipo de personas. No distingue razas no distingue etnias, ni edad ni género… La educación emocional en lo profundo de su significado, facilita que nos adaptemos mejor a la vida; aumenta nuestro bienestar, nuestra capacidad para responder, conectarnos y vincularnos con los demás, gestionar nuestras emociones, entre otras cosas”, aseveró, María José Palmero, Psicóloga de la fundación.

¿Cuánto tiempo dura la formación emocional básica?

“La educación emocional se aprende durante toda la vida, ahora bien, es importante entender que la educación emocional y el entrenamiento de habilidades socioemocionales no se aprenden por instrucción, no es un aprendizaje instruccional, es un aprendizaje por modelamiento, esto significa que necesitamos a otros desplegar estas habilidades, (asociadas a la educación emocional) para nosotros poder desplegarlas”, respondió la especialista en salud mental. “Las personas que acompañan, que participan en la crianza, en la educación de niños, niñas y adolescentes son claves, porque son ellos quienes modelan estas habilidades de educación emocional y entrenamiento de habilidades socioemocionales”, agregó. “¿Qué pasa si yo soy adulto y me quiero formar?: Depende de que tan consiente eres, de los aprendizajes que te faltan por adquirir, cuáles son tus mayores desafíos, tus oportunidades de mejora y por supuesto, que recibas mejoramiento de alguien que está más avanzado que tú. Esos son elementos claves”, complementó la profesional.

¿Cómo se refleja la falta de educación emocional en nuestro país?

“Uno de los ejemplos más concretos, tiene que ver con la falta de regulación emocional, estos desbordes que vemos muy a menudo, (en la calle) es muy normal en nuestro país ver situaciones de violencia, de que alguien se pasa un semáforo, otra grita, toca bocina, vamos apurados; son los botones de muestras de estos síntomas que como cultura dan cuenta de la falta de educación emocional que tenemos, está falta de educación emocional es muy propia de América Latina, no solo de nuestro país… Por suerte cada vez más surgen equipos que ponen el tema sobre la mesa”.

¿Cómo se refleja la falta de educación emocional en una persona?

“La primera característica de esto, es el analfabetismo emocional, es la falta de capacidad para poder poner nombre a lo que siento. En generar en nuestra cultura (…) tenemos muy pocas habilidades y conocimientos para poner nombre a lo que estamos sintiendo”.

“Además de ser analfabetos emocionales, al tener poco vocabulario emocional tenemos menos posibilidades de identificar lo que sentimos, (y a su vez) tenemos muchas menos posibilidades de regular lo que sentimos”, sostuvo la especialista.

¿Se puede aprender de educación emocional de forma independiente?

“Absolutamente, la vida es educación emocional, solo necesitamos referentes que sean capaz de modelar en nosotros esas habilidades… Gracias a las neurociencias y la investigación se ha identificado este concepto de educación emocional que es nuevo, el tema está en que en general, en la cultura en la que vivimos, los adultos no recibimos educación emocional porque cuando nosotros fuimos pequeños las emociones no eran importantes, las emociones no importaban a la hora de aprender, o a la hora de desarrollarme profesionalmente, no era eso lo que importaba, no estaba el foco puesto ahí. Es hoy que eso a tomado relevancia y por eso existen oportunidades ofertas de poder formarnos en eso a modo de desarrollo personal tanto como profesional”.

¿Hay personas que reprueben o no califiquen para ser formados emocionalmente? ¿Qué se puede hacer con ellos?

“La educación emocional es para todos, ahora hay una diferencia, si hubiera una persona con una condición psiquiátrica no tratada, que generara mucha dificultad a nivel de adaptación social y esa persona quisiera formarse para trabajar en un colegio, por ejemplo, ahí por supuesto que no es saludable. Tiene que ver en que contexto tu vas a desarrollar lo que estás aprendiendo cuando te formas en educación emocional”.

“Si ese ya es el caso como el ejemplo que acabo de dar, ahí lo que conviene, lo que hay que hacer, es primero un trabajo terapéutico o psiquiátrico terapéutico, que permitiera a las personas resolver experiencias traumáticas o estructuras de personalidad más dañadas y que necesitan un apoyo profesional previamente, y si es que eso ocurriera, las personas podrían estar habidas a aprender educación emocional”, concluyó María José.

¿Ustedes proponen un plan de contenidos o malla curricular para incorporar en colegios?

“Lo que se basa el proyecto de ley y principalmente en el desarrollo de competencias emocionales y aprendizajes socioemocionales tiene dos vertientes, la primera, en un proceso de sensibilización, buscamos que los docentes entiendan la importancia del desarrollo integral a través del proceso de formación de por medio de la educación emocional, y esto implica tres dimensiones que son objetivos triangulados: la formación del docente en el desarrollo de estrategias y de aplicación en programas de aprendizaje socioemocional que implica que el niño desarrolle por ejemplo la empatía, la compasión amorosa y otros elementos que van asociados al desarrollo de estas competencias (…) elementos que permitan que el niño desarrolle un temple y tengan una serie de herramientas que le permitan sobreponerse a momentos adversos que vive en su vida”, expresó, Arnaldo Canales, Director de la fundación.

“Esto implica, que tiene que ser transversal, por lo tanto, tiene que aplicarse en cada una de las asignaturas, materias o ramos que imparta la institución educativa. Por lo tanto, este es un trabajo, no solamente, que se incorpore a una malla o plan de contenidos, que puede ser especifico con espacios puntuales de trabajar el mundo emocional, esto puede ser una mixtura: transversal, pero con espacios de reflexión para desarrollar el pensamiento crítico, la escucha activa, dando espacios también para que el niño pueda entrar en debate y reflexión sobre su mundo emocional, y pueda interpretarlo, reconocerlo y sobre todo que el docente valide legitime y acepte ese mundo emocional que hoy día el niño está carente”, complementó el Magister en Educación Emocional.

¿Qué rol juegan ustedes actualmente y cuál pretenden tener al ser aprobada la ley de educación emocional?

“La ley en si misma no modifica nada, lo hemos dicho muchas veces, una ley de educación emocional en ningún país cambia los constructos mentales arraigados sobre todo en adultos, pero si genera los espacios de transformación a través de una mirada a largo plazo con pequeños movimientos de palanca por medio de modificación de leyes. Por ejemplo, la ley 21.094, que es la ley de universidades estatales, en el art.1 habla de la formación de formadores, ¿qué significa esto?, que si modificamos esa ley podríamos incorporar por ejemplo que en todas las asignaturas y profesiones se incorpore la educación emocional”, argumentó el director ejecutivo de la fundación, dando principal énfasis en las carreras en las que los profesionales trabajan con menores.

“Hay muchos elementos, y hay uno que es relevante que es la ley 20.529, que es la ley de aseguramiento de la calidad, que hoy día el SIMCE, que obviamente incorpora esta meta, este objetivo y esta condición importante que muchas veces se le asigna al educador por cumplir las metas. Aquí la idea es ponderar y modificar principalmente la ponderación que tiene el 77% del SIMCE en el resultado que se le espera y se le exige al docente, y el 33% actual que tiene los objetivos de desarrollo personal y social. La idea de esto, es que se le entregue un 60% al desarrollo integral y un 40% al SIMCE como evolución de la calidad de la educación. Eso son como los elementos generales que implican en el trabajo en lo que hay que hacer, en cuanto a una mirada bien macro desde las políticas públicas en educación emocional”, concluyó el principal Impulsor de la ley de educación emocional en nuestro país.